En el corazón de la provincia de Girona, dentro de la comarca del Ripollés, se encuentra Beget, un pintoresco pueblo medieval que parece sacado de un cuento de hadas.
Este lugar es uno de los más desconocidos de Cataluña, pero es también uno de los más bonitos, perfecto para disfrutar de sus encantos en familia o pareja.
Beget transporta a sus visitantes al pasado
Beget tiene sus orígenes en la Edad Media y es parte del Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña.
El pueblo está dividido en tres partes, conectadas por puentes que le otorgan una personalidad única. Pasear por sus calles empedradas y admirar la arquitectura de sus casas es como retroceder en el tiempo.
Entre los lugares más destacados para visitar se encuentra la iglesia de Sant Cristófol de Beget, construida en el siglo XII, y que alberga un retablo barroco del año 1682 en su altar mayor.
Además de ofrecer una rica historia y arquitectura de la época medieval, cuenta también con unas impresionantes piscinas naturales, ideales para disfrutarse en verano.
Estas piscinas, situadas en el río Llierca, son perfectas para disfrutar de un refrescante baño rodeado de naturaleza.
Además, los amantes del senderismo y el ciclismo de montaña encontrarán en Beget un excelente punto de partida para rutas que incluyen ascensiones a picos como el Comanegra y el Pic de les Bruixes, así como el trayecto hasta Oix.
Entre los otros puntos de interés se encuentran sus dos puentes del siglo XIV, elementos icónicos del pueblo, y la Torre del Reloj, una estructura de 22 metros y 4 pisos que añade al encanto histórico del lugar.
Llegar a Beget es sencillo. Desde Girona, se toma la carretera C-66, un viaje de aproximadamente una hora y media.
Desde Barcelona, el trayecto dura alrededor de dos horas y veinte minutos por la C-17. Estas rutas hacen de Beget un destino accesible para todo el que visite Barcelona.
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