El gobierno de los Estados Unidos anunció que exigirá a los pasajeros que vuelen al país una prueba negativa de COVID-19, anunciaron funcionarios de salud este martes.
Este requisito amplía el que se había anunciado a finales del mes pasado para los pasajeros provenientes del Reino Unido. Será a partir del 26 de enero que este requerimiento entre en vigor.
En Estados Unidos ya existen más de 22 millones de casos reportados de COVID-19 a la fecha, así como más de 375,000 muertes. Esta medida de restricción para los viajeros está diseñada para evitar que lleguen al país más casos y nuevas cepas de fácil propagación.
La orden aplica a los ciudadanos estadounidenses y a los viajeros extranjeros.
La industria de viajes ya ha sido afectada por las restricciones implementadas desde marzo, que prohibieron a los viajeros de Europa ingresar al país. Por otro lado, el tránsito por tierra entre Estados Unidos, Canadá y México también ha sido restringido.
De acuerdo a Airlines for America, en diciembre los viajes de extranjeros a Estados Unidos y de estadounidenses a destinos internacionales disminuyó en más de 75% contra el año anterior.
Esta nueva regla requiere que los pasajeros aéreos se sometan a la prueba dentro de los tres días previos a su viaje a los Estados Unidos. Los pasajeros deberán entregar prueba escrita del resultado a las aerolíneas, quienes deberán impedir el embarque de los pasajeros si no tienen prueba negativa.