Seguimos viviendo los meses más largos de nuestras vidas en medio de la pandemia de COVID-19 que afecta a todo el mundo, sin embargo ahora vemos una luz al final del túnel con las vacunas que se han convertido en una realidad.
Aunque la vacuna no necesariamente significa que todos podremos salir libremente en el corto plazo (recordemos que el calendario de vacunación del Gobierno de México establece el programa por fases aplicables durante todo el año y, quizá, hasta inicios de 2022), es momento de empezar a discutir los resultados que la mera existencia de la vacuna puede representar para los viajeros.
Las vacunas tienen el potencial de inspirar un nuevo grado de esperanza y confianza entre los viajeros, además de asegurar la reactivación económica de otras industrias, pero aunque hay diferentes vacunas aprobadas alrededor del mundo (la de Pzifer, la de Moderna y la Sputnik V, por ejemplo) y ya se comienzan a administrar, es probable que pase mucho tiempo antes de que realmente todos estemos protegidos contra el virus.
En este contexto, se ha sugerido que la vacuna podría ser un requisito para viajes internacionales, pero ¿sería lo más adecuado?
Las aerolíneas, las organizaciones comerciales y los destinos están comenzando a analizar cuál podría ser la mejor política de vacunación (si la hubiera) para los viajeros y cómo deberían estandarizarse los requisitos para que sean efectivos.
Mientras algunos piensan que es mejor confiar en las medidas de prueba para detectar a los pasajeros infectados, a veces en combinación con la cuarentena; hay otros como Alan Joyce, CEO de Qantas Airlines, que han puesto sobre la mesa el análisis de soluciones electrónicas para verificar que los pasajeros han sido vacunados.
De acuerdo a algunos medios, quienes apoyan la exigencia de las vacunas como un requisito para viajar creen que será un motor para convencer a los viajeros más temerosos para comenzar a volar nuevamente, garantizando la seguridad personal.
Por otro lado, los opositores argumentan que si las vacunas de COVID-19 se hacen obligatorias mientras no estén disponibles en todo el mundo, paralizaría más la industria de los viajes, que de por sí ya ha visto momentos difíciles en los últimos 10 meses.
American Airlines ya ha opinado que todavía es demasiado pronto para considerar las políticas de vacunas. La aerolínea alemana Lufthansa ha declarado que no requerirán vacunas COVID, pero están probando la viabilidad a través de vuelos de prueba que solo permiten abordar a los pasajeros que dieron negativo en las pruebas. United Airlines inclusive lanzó un programa piloto en donde todos los pasajeros toman una prueba antes de abordar el vuelo.
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Mientras tanto, Airports Council International (ACI), que representa a diferentes aeropuertos de todo el mundo, está en contra de que la aerolíneas exijan vacunas; afirman que esta medida podría disuadir aún más a las personajes de viajar.
“La industria no puede esperar hasta que la vacuna esté disponible en todo el mundo. Durante el período de transición, las pruebas y las vacunas juntas desempeñarán un papel clave [en] la recuperación de la industria «.
Luis Felipe de Oliveira, Director General Mundial de ACI.
La International Air Transport Association (IATA) no se ha pronunciado sobre los requisitos de vacunación, pero sigue recomendando las pruebas, varias veces, si es necesario, como la mejor opción para prevenir la transmisión viral y reabrir de forma segura las fronteras internacionales.
Aunque esta no sería la primera vacuna obligatoria para viajar (hay países que requieren una prueba de vacunación contra enfermedades como la fiebre amarilla), la falta de accesibilidad a las vacunas (que se producen a marchas forzadas para poder cubrir la demanda mundial) no sería el único impedimento para hacer realidad el requisito. A lo largo de estos meses hemos visto a personas que rechazan la vacuna por motivos religiosos, sociales o hasta médicos, además del movimiento anti-vacunas que crece día con día. Y, por supuesto, hay que contar con las teorías de conspiración sobre el rápido desarrollo de las vacunas.
Por ahora, sólo queda esperar a que más gente esté vacunada y que la industria del turismo recupere algo de lo que ha perdido en los últimos meses.