En un intento por incrementar sus niveles de uso y la cantidad de pasajeros que utilizan sus servicios, cada vez más aeropuertos se han decidido a ofrecer y administrar pruebas de COVID-19 para los viajeros.
Por ejemplo, hasta la última semana de septiembre, solo el aeropuerto Anchorage de Alaska, junto con Newark y New York JFK en el área de la ciudad de Nueva York, ofrecían pruebas de coronavirus in situ para pasajeros. E incluso las pruebas ofrecidas en esos aeropuertos del área metropolitana de Nueva York se limitaron a 500 por día en JFK y aproximadamente a 400 por día en Newark.
Pero ahora cada vez más aeropuertos y aerolíneas adoptan esta práctica como una medida para acelerar el negocio.
Los aeropuertos de Londres, Estambul, Hong Kong, Singapur y Bangalore, India, entre otros, tienen capacidades de prueba COVID-19. En el aeropuerto de Frankfurt en Alemania, por ejemplo, una estación dirigida por Lufthansa es capaz de administrar 20,000 pruebas por día.
De acuerdo a Travel Weekly, el Aeropuerto Internacional de Miami planea ofrecer un test rápido a todos sus pasajeros a partir de noviembre, según declaraciones de Greg Chin, vocero del aeropuerto. Uno de los esfuerzos más recientes de la industria para reemplazar la cuarentena y la reducción de capacidad de vuelo.