¿Renoir fue un feminista adelantado a su tiempo? ¿O un pintor de meros desnudos insípidos? ¿Su estudio del cuerpo femenino es una constante evolución que va del realismo al impresionismo y luego hacia el modernismo clásico? ¿O son pinturas que no impresionan y por el contrario provocan rechazo por su insistencia en el color verde?
Esta controversia lleva 150 años y ahora Museo de Arte Kimbell propone una respuesta. O varias, mejor dicho. El museo ubicado en Fort Worth, Texas, albergará la más grande muestra de desnudos de Pierre-Auguste Renoir, incluyendo “The Bathers” (Las bañistas), la pintura que mejor representa el último aliento creativo del pintor francés, quien hacia el final de su vida volvió a enfocarse en los desnudos al aire libre.
La exposición, que se llama “Renoir: The Body, The Senses” (Renoir; el cuerpo, los sentidos), está compuesta por 60 pinturas, dibujos, oleos y esculturas de desnudos femeninos pero no sólo del impresionista francés, también incluye algunas obras de sus predecesores, contemporáneos y discípulos. De modo que los visitantes al Kimbell podrán comparar a su obra con, por ejemplo, la de Peter Paul Rubens (de quien se expone “Three Graces”) o Eugéne Delacroix (con “Andromeda”).
Esta curaduría es la que permite discutir el valor del legado de Renoir en cuanto al desnudo femenino, una polémica que tiene su más temprano antecedente en 1876, cuando el crítico Albert Wolff escribió una reseña sobre la “Torso, Effect of the Sun”, una pintura a la que muchos consideran la obra cumbre del francés en cuanto al tratado de la luz. Sin embargo, Wolff pensaba distinto, según quedó publicado en Le Figaro, “¿Podría alguien explicarle amablemente a señor Renoir que el torso de una mujer no es una masa descompuesta de luz con plastas de verde y púrpura que indican un estado de completa putrefacción?”.
Geroge T. M. Shackelford, director del Museo Kimbell alienta la discusión: “Cien años después de su muerte, Renoir todavía causa controversia. Esperamos que la audiencia de hoy se sienta inspirada y retada por las magníficas imágenes de desnudos que traemos en esta exposición. Lo que buscamos es tener una discusión viva con el arte del francés”.
La muestra, levantada en colaboración con Instituto Clark, se inauguró el 27 de octubre en el Kimball, donde estará hasta el 26 de junio del próximo año.
“Nuestra exhibición estudia la larga carrera de Renoir a través de la óptica de pinturas muy particulares que definen su legado”, dice Martha Bell, una de las curadoras. “Son obras que demuestran ampliamente qué tan radical, y también qué tan brillante, fue Renoir”.
Entre estos extremos se mueve “Renoir: The Body, The Senses”, y es lo que la convierte en una muestra viva y en la que cada espectador crea su propia conclusión.
Lisa Yuskavage, una de las artistas contemporáneas que más ha trabajado con el desnudo femenino, tiene una respuesta a la polémica y la comparte en el catálogo que acompaña a la exposición: “Renoir no impresiona a todos. Pero persiste. Yo creo que la verdadera cuestión es por qué. Ese es el dilema que debemos tratar de explicar. ¿Qué hace que su trabajo persista? No es precisamente porque le guste a mucha gente. Creo que la respuesta yace en entender quien lo ha amado”.
De modo que amar o criticar a Renoir, ese es el dilema. Y quienes acudan al Kimbell Art Museum podrán tener una respuesta. O varias.
Para conocer mas, visita la página oficial de la exhibición.
Foto de portada FortWorth.com